El Concepto de Divinidad en el Islam    -   En el Nombre de Allah, El Misericordioso y El Compasivo   -   ¿Quién es el Creador?   -   El Retorno de Jesús al Final de los Tiempos   -   La situación de la mujer a través de la historia: su vida en las sociedades y civilizaciones pre-islámicas   -   Falsos conceptos sobre la mujer en el Islam

La Oración en el Islam

Los secretos que encierran el someterse y confiar en Dios

Los secretos que encierran el someterse y confiar en Dios

Confiar en Dios es un atributo peculiar de los creyentes que tienen una fe profunda, que pueden apreciar Su potestad, y que están en Su cercanía. El confiar en Dios implica la revelación de secretos y bendiciones importantes. Implica una sumisión definida y la plena confianza en el destino que El determina. Dios es el creador de todo: de los seres humanos, de los animales, de las plantas, así como de lo inorgánico. Y cada cosa tiene un propósito y destino determinados. El sol, la luna, los mares, los lagos, los árboles, las flores, una pequeña hormiga, una simple hoja que se desprende de la rama, una partícula de polvo sobre el escritorio, una piedra con la cual se puede tropezar, la camisa comprada diez años atrás, el durazno en el refrigerador, su madre, sus amigos de primaria, usted mismo, en resumen, todas las cosas, poseen un destino que fue predeterminado hace millones de años por Dios. El destino de todo está guardado en un libro que es llamado en el Corán “El Libro Madre”. El momento de la muerte, de la caída de la hoja, del comienzo de la descomposición del durazno en el refrigerador, y todas las etapas por las que pasó la piedra hasta que se tropieza con ella, es decir, todo evento, insignificante o importante, está en este libro.

 Los creyentes tienen fe en el destino y saben que el dispuesto por Dios para ellos es el mejor. Es por eso que en todo momento confían en Dios. En otras palabras, saben que Dios genera todos los sucesos con un propósito divino y que todo lo que crea es beneficioso. Por ejemplo, contraer una enfermedad fatal, confrontar con un enemigo inmisericorde y desagradable, padecer acusaciones falsas siendo inocente o tropezar con las situaciones más terribles, no hace trepidar la fe de los creyentes ni suscita miedo en sus corazones. Dan la bienvenida a lo que Dios ha creado para ellos y se alegran de no asustarse de las cosas que normalmente aterrorizan o desesperan a los incrédulos. A eso se debe que hasta los escenarios más espantosos fueron dispuestos por Dios para ponerles a prueba. Quienes los enfrentan con firmeza, confían en Dios y en el destino que El pergeña, obtendrán el amor y contento de Dios. De ese modo se ganan el Paraíso eterno. Por lo tanto, los creyentes obtienen el goce de confiar en su Señor a lo largo de sus vidas. Se trata de una bendición y un secreto que Dios revela a los creyentes. Dios comunica en el Corán (Corán, 3:159) que ama a quienes confían en El. A eso también se refiere el Mensajero de Dios (la paz sea con él):

La fe de un siervo de Dios no es tal a menos que crea en el destino, con sus partes buenas y malas, sepa que no puede evitar nada de lo que le sucede (sea bueno o malo) y que no puede lograr nada de lo que le es esquivo y que no puede agarrar nada que se escape de él (sea bueno o malo).

Otro punto mencionado en el Corán acerca de la confianza en Dios es “la toma de medidas.” El Corán nos informa sobre numerosas medidas que pueden tomar los creyentes en diversas situaciones. En muchos otros versículos Dios también revela que esas medidas aceptadas como una forma de adoración por Dios, no modifican el destino. El Profeta Jacob (la paz sea con él), advirtió a sus hijos que tomen ciertas medidas al entrar a la ciudad, pero después les recordó que pusieran su confianza en Dios. El versículo de marras dice:

“Y dijo: “¡Hijos míos! No entréis por una sola puerta, sino por puertas diferentes. Yo no os serviría de nada frente a Dios. La decisión pertenece sólo a Dios. ¡En El confío! ¡Que los que confían confíen en El!” (Corán, 12:67)

Como se puede ver en las palabras del profeta Jacob, los creyentes toman precauciones definidas pero saben que no pueden modificar el destino que Dios ha deseado para ellos. Por ejemplo, una persona debería seguir las reglas de tránsito y conducir con cuidado. Esto es una medida importante y una forma de adoración ejecutada a favor de su vida y la de otros. Sin embargo, si Dios desea que esa persona fallezca en un accidente automovilístico, ninguna medida evitará su muerte. Algunas veces puede parecer que una acción precautoria le permite escapar de la muerte. También puede tomar una medida decisiva que cambia el curso de toda su vida; o puede recuperarse de una enfermedad fatal gracias a la fortaleza y resistencia física. Pero todo eso ocurre porque Dios lo ha decretado. Algunos malinterpretan distintas situaciones al expresar “se sobrepuso a su destino” o “cambió su destino”. En verdad nadie, ni siquiera la persona que parece más firme y resuelta en el mundo, puede modificar lo que Dios ha decretado. Nadie tiene semejante poder. Por el contrario, la fuerza del decreto de Dios no es sobrepasada por nadie. Y para nada afecta esta verdad el hecho de que alguien no acepte esto. En realidad, ese rechazo también está decretado. Por ese motivo, quien escapa de la muerte o de la enfermedad o ve completamente modificado el curso de su vida es porque estaba decretado. Dios se refiere a esto en el Corán:

“No ocurre ninguna desgracia, ni a la tierra ni a vosotros mismos, que no esté en una Escritura antes de que la ocasionemos. Es cosa fácil para Dios. Para que no desesperéis si no conseguís algo y para que no os regocijéis si lo conseguís. Dios no ama a nadie que sea presumido, jactancioso.” (Corán, 57:22-23)

Como dice el versículo, todo lo que sucede está predeterminado y anotado en un libro resguardado por Dios. Por lo tanto, el Señor dice al ser humano que no sufra por las pérdidas que experimente. Por ejemplo, si a alguien se le incendia la casa o pierde mucho dinero en un negocio, son situaciones ya decretadas, imposibles de prevenir o evitar. Entonces no tiene sentido lamentarse o sentirse culpable. Dios nos pone a prueba a todos a través de diversos sucesos decretados por El. Y quienes confían en Dios al enfrentarse con situaciones como ésas obtienen Su contento y amor. Por otra parte, quienes no ponen su confianza en Dios nunca estarán libres de problemas, impaciencia e infelicidad a lo largo de la vida en este mundo, y tendrán un castigo eterno en la otra vida. Queda sumamente en claro que confiar en Dios significa obtener beneficio y un buen pasar tanto en este mundo como en el otro. Al revelar Dios estos secretos a los creyentes, les alivia sus dificultades y hace fácil su prueba en esta vida.

Nuestro visitor :  Para beneficiarse de todos los recursos del enlace, debe tener los siguientes programas

        

Quién está en línea

Actualmente tenemos 4 visitores conectados

Estadística

El sitio incluye:

Más de 800 artículos

Más de 1800 libros

Más de 3800 audios

Más de 600 videos